En medio de rumores sobre el estado de salud de Gertz, Zaldívar se prepara para un relevo

Varias versiones han rondado la enfermedad del fiscal general de México, Alejandro Gertz Manero, quien hace unos días trascendió que se encuentra hospitalizado en Estados Unidos por complicaciones de cáncer de páncreas. De acuerdo con dichos rumores, se teme que el tumor derivado del cáncer se haya extendido.

Estas complicaciones hicieron notar la ausencia del Fiscal General en las reuniones bilaterales de la Cumbre de Líderes de América del Norte, y porque su estado de salud se ha mantenido en un misterio, los rumores no han tardado en acecharlo. Baste saber que este tipo de cáncer es una de las principales causas de mortalidad entre personas de su edad, según cifras de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).

Al ser cuestionado por el estado de salud de Gertz Manero, el presidente López Obrador ha hablado sucintamente sobre el tema, minimizando su relevancia pública. “Está muy bien Alejandro Gertz Manero, está haciendo su trabajo. Pues como todos, necesitamos a veces de alguna reparación. Está muy bien. Es una buena persona, un buen servidor público, y está trabajando”, dijo durante una mañanera.

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Según se escucha entre los pasillos del poder, esta situación ha derivado en que la Secretaría de Gobernación analice la posibilidad de sustituir al actual fiscal por Arturo Zaldívar, quien además parece contar con el respaldo del Presidente, además de una buena relación con Julio Scherer, exconsejero Jurídico de Presidencia. Lo anterior a pesar de desmentido sobre la muerte de Gertz Manero que hizo Jenaro Villamil.

Designar a Zaldívar como el próximo Fiscal General de México, como ya se anticipó anteriormente en LPO,  le concede una protección a ambos bandos, por un lado la situación judicial de Scherer y por el otro una nueva vacante al Gobierno en la Suprema Corte de Justicia, dando la cortesía a AMLO de terminar su sexenio con una estrategia política de frente a la oposición que sin titubeos ha tratado de atacar el gobierno obradorista.

Esto, desde luego, en medio de las fuertes presiones para que la ministra Yasmín Esquivel renunció tras el escándalo por el plagio de su tesis de licenciatura en la UNAM, después de arribo de una ministra opositora a la 4T como Norma Piña a la Presidencia de la Corte. Ahora es el rector Enrique Graue quien tiene en sus manos la decisión final, como lo pidió AMLO cuando la universidad envió el asunto a la SEP.